La idea de hacer el Camino de Santiago con mi padre comenzó aproximadamente un año antes aunque hasta pocos meses antes no nos decidimos a realizarlo definitivamente, empezamos a barajar fechas aunque aun de forma provisional por cuestiones de trabajo y sin mas demora planificamos Las primeras pruebas y pequeñas rutas para ver nuestro estado físico, domar las botas recién compradas y perder algún kilillo que aun sobra jeje.
Tres semanas antes ya sabíamos aproximadamente cuando íbamos a partir, aunque aun sin decidir la forma de llegar a Sarria, el que sería el punto de partida. El destino hizo que tras unos momentos de indecisión a la hora de concretar la salida coincidiéramos con unos conocidos, también padre e hijo, que se convertirían en estupendos compañeros de viaje y maravillosos amigos.
Nuestro particular Camino de Santiago, había comenzado días antes preparando la credencial en el Obispado de Cáceres y reuniendo todo el material que pensábamos que podíamos utilizar. Aunque en un principio habíamos planificado hacer noche en albergues privados que habíamos reservado durante casi todas las etapas, sólo haríamos uso de la primera noche antes de salir en el Hotel Roma, lugar donde nos encontraríamos con los que iban a ser nuestros amigos y compañeros de viaje “Los Fernando” padre e hijo que al igual que nosotros llenos de ilusión comenzábamos esta gran convivencia.
Tras pensarlo bien y ante la falta de tiempo, optamos por llegar a Sarria en dos vehículos que nos resultarían muy útiles a la hora de buscar cama para cada una de las etapas. La metodología que seguimos fue dejar un coche en el lugar de destino donde buscábamos dos habitaciones dobles que reservamos y volvíamos al de origen con el otro coche dejándolo allí hasta finalizar la siguiente etapa, y así sucesivamente hasta llegar a Santiago de donde partiríamos dirección a nuestros domicilios.
Llegamos en la tarde del día 21 de mayo de 2011; encontramos el Hotel Roma en Sarria sin mucha dificulta, allí en el balcón nos esperaban nuestros sonrientes amigos, tras dejar el equipaje, cenamos en un restaurante cerca y dimos una pequeña vuelta para templar un poco los nervios y contagiarnos del ambiente
PRIMERA ETAPA: SARRIA – PORTOMARÍN.
Distancia: 23 km Duración: Dificultad: Fácil
Nos levantamos con los primeros rayos de sol y tras desayunar unos churritos, empezamos nuestra andadura dirección a la vía del tren, son nuestros primeros pasos y estamos llenos de alegría y tensión. Tras atravesar un bonito puente medieval (Ponte Áspera) , y pasar bajo un viaducto atravesando las vías del tren, empiezan a coger buena temperatura las piernas con las primeras cuestas.
Pasando por las parroquias de Vilei y Barbadello ya se empiezan a ver los horreos que nos acompañarán todo el camino; nos encontramos una vía inundada de agua en la que tienes unas piedras por las que transitar sin apenas mojarte, A continuación Leimán , Peruscallo, Brea y por fin el legendario mojón del kilómetro 100. Mas tarde Morgade muy pequeñito pero con albergue y bar para comer además de alguna máquina de bebidas, todo esto con continuas subidas y bajadas hasta Ferreiros, luego Mercadoiro, Parrocha y Vilachá.-
Tras algún desvío por obras mal señalizado y el rumor de señalizaciones malintencionadas lo cual causó un poco de enfado en algunos peregrinos, vemos a lo lejos una población que parece Portomarín, donde llegaríamos tras atravesar el río Miño por un puente con acerado para peatones; el río tiene bastante agua por lo que no podemos ver los restos de la población que en su momento trasladaron, incluida la iglesia de San Nicolás su actual ubicación, cuando construyeron el embalse de Belasar. Al llegar a la otra orilla subimos por la escalinata que lleva a la Capilla del antiguo puente.
Por fin hemos llegado, no ha estado mal, pero se ve a nuestros mayores un poco casados pero satisfechos, ahora sólo queda buscar el descanso baño.
Tras asearnos, comemos en la terraza de un restaurante junto a la iglesia , donde sellamos la credencial, los abuelos deciden descansar. Nosotros seguimos tomando alguna cervecita mientras hacemos tiempo para coger el autobús que nos llevará de regreso a Sarria y llevar los coches, uno que dejamos en Palas de Rei, donde buscamos pensión para el día siguiente; y el otro en Portomarín. Mas tarde tras un pasito por el pueblo y ya sin tener que conducir tomaríamos mas cervezas relacionándonos con otros peregrinos en la calle del General Franco, je je je…
SEGUNDA ETAPA: PORTOMARÍN – PALAS DE REI.
Distancia: 25 km Duración: Dificultad: Fácil
En esta etapa tomamos dos decisiones, la hora de partida que decidimos que sea mas temprana, y hacer algún descanso mas y mas largo. Salimos a las 6:30h, aun sin luz y calle abajo tomamos unos zumos y unos dulces antes de tomar el puente peatonal de hierro que el día ante habíamos visitado, a continuación una subida importante por la pista del Monte de San Antonio en la que podemos ver castaños y robles tal vez centenarios, hasta llegar a una planicie que agradecemos por el esfuerzo tempranero que hemos realizado donde nos deleitamos la vista con verdes prados.
Ahora caminamos gran parte cercanos a la carretera LU-633 y luego cruzándola en varias ocasiones, tras superar Toixibo, poco después Gonzar, y antes de Castromayor decidimos hacer el gran desayuno, ahora si, comemos en abundancia para coger fuerza para superar la Sierra de Ligonde por Castromaior, Hospital y Ventas de Narón atravesando siempre la N-540. Descendiendo encontramos Lameiros y el mismo Ligonde. De nuevo ascendemos por Airexe, Portos, Lestedo y Brea para tras superar bosques de robles y eucaliptos entrar en Palas de Rei bajando por unas escaleras, encaminamos la calle principal en busca de la pensión en la Avenida del Peregrino que se encuentra junto al albergue.
En esta etapa conocimos a una pareja también peculiar como nosotros, él un médico de El Salvador y su hija que nos acompañaron en la comida en el albergue y al día siguiente en la salida.
Por la noche cenamos en una pulpería cercana y estoy seguro que no hace falta decir qué no nos quitó el hambre.
TERCERA ETAPA: PALAS DE REI- ARZÚA.
Distancia: 22 km Duración: Dificultad: Fácil
Tras maldormir por el ruido y lo blando de la cama además el ruido de una televisión que no sabemos donde estaba pero que no dejó de sonar en toda la noche comenzamos con ganas de abandonar la habitación temprano.
Abandonamos la provincia de Lugo y entramos en la Coruña
Superando Furelos al que llegamos después cruzar un puente de piedra nos ponemos en Melide, famoso por “Casa Ezequiel” en teoría el mejor pulpo de Galicia, pero es muy temprano y aun está cerrado, yo me quedo con el pulpo de anoche en Palas, estaba buenísimo. Encontramos una vegetación un poco incómoda de pinos y eucaliptos, pero también impresionante por su disposición.
En esta etapa es donde mas momentos estuve andando solo, pensando en mis asuntos y sobre todo visualizando mentalmente la cara de mis hijos, son momentos de emoción que hacen del Camino algo especial.
Tomamos un aperitivo en un merendero antes de encaminar una importante subida en la que coincidimos también con una sueca de 70 años que viene desde Roncesvalles y nos acompañaría de forma interrumpida hasta la obtener la Compostela.
Cabazo en leboreiro para conservar el maíz
CUARTA ETAPA: ARZÚA – LAVACOLLA.
Distancia: 31 km Duración: Dificultad: moderada
Salimos del albergue con la sensación de haber descansado bien en el albergue de Arzúa y una estrategia bien definida, a nuestros padres les hemos dicho que terminaríamos la etapa en Ribadio da Baixo donde en teoría tenemos reservada habitación y donde habíamos dejado el coche la tarde anterior.
Entre continuas subidas y bajadas nos acercamos a la carretera N-547 pasando por Preguntoño, Calzada, Rúa y Calle, para continuar cruzándola en varias ocasiones desde Salceda hasta Santa Irene y desde aquí hasta Ribadiso, donde una vez superada esta población desvelamos el engaño, vamos hasta donde aguanten nuestros progenitores. Jejej .Somos muy malos pero les queremos un montón.
Ascendemos por Cimadevilla y San Paio entre numerosos eucaliptos en dirección a Lavacolla y a la altura del aeropuerto encontramos un anuncio pegado en una pared donde anuncian habitaciones dobles, llamamos y tenemos suerte nos reservan dos de ellas si llegamos en menos de una hora, y así lo hacemos.
Comimos en un pequeño restaurante, que nos informó que habíamos perdido el autobús que nos tenía que llevar a recoger nuestro coches. El hijo del dueño muy amablemente se ofrece en llevarnos en su vehículo a cambio del precio del autobús, ¡no podemos creerlo! este chico no sabe el precio de la gasolina…, pero es la única posibilidad de llegar a Ribadiso y posteriormente a Arzúa, así es que aceptamos, y nos lleva durante media hora por una carretera que no conocemos
QUINTA ETAPA: LAVACOLLA – SANTIAGO DE COMPOSTELA
Distancia: 11 km Duración: Dificultad: Fácil
Este día nos levantamos un poco mas tarde, la etapa es corta pero tal y como pronosticaba el hombre del tiempo, lloverá. Lo cierto es que un Camino de Santiago por corto que sea sin lluvia no es Camino, así es que nos alegramos y con buen humor encajamos la que sería nuestra corta y última etapa hasta Santiago.
Salimos con poca luz y con mucha agua acompañados de nuestros amigos canarios con los que la noche anterior cenamos y tomamos alguna copa hablando de lo maravilloso del camino, la familia y a su vez de la vida…
Comenzamos el ejercicio en ascenso por tramos y asfalto dirección a Villamaior, pasando por los estudios de TV Galicia en San Marcos. Llegando a la subida del Monte do Gozo el agua nos da una tregua, la justa para disputar tímidamente la tradicional carrera hasta culminar la cima y luego las típicas fotos que todo el mundo hace en el monumento que conmemora la visita de Juan Pablo II, creo que en 1993.
Estamos a un paso, y podemos ver algo que parece las torres de la Catedral de Santiago de Compostela
aunque con mucha dificultad, ya en descenso, y después de haber superado la escalinata final pasamos junto a lo que parece unas ruinas de una capilla y donde podemos ver el último cruceiro, poco después, antes del puente que nos daba la bienvenida a Santiago aparecería de nuevo nuestra amiga la lluvia durante todo el recorrido urbano hasta la churrería que encontramos-buscamos a nuestro paso.
Por fin la esperada Plaza de Obradoiro, abrazos y emoción, algunas fotos y luego… ese vacío que queda pensando en que esta pequeña aventura se acaba, con sensación de satisfacción por las experiencias vividas y más aun por las personas que te han acompañado. Tras esos minutos de sentimientos confusos entre la alegría y tristeza, nos disponemos a realizar el ritual de la entrada por la Puerta Santa, y el abrazo al Santo para posteriormente escuchar la misa del peregrino con su botafumeiro y finalmente recoger en la ansiada Compostela que acredita la realización de al menos 100 kilómetros del Camino de Santiago.
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