La ruta la realicé a media mañana de un día final de agosto de 2011, la comencé llenando las cantimploras de agua en uno de los caños de la fuente de la plaza del pueblo de la Garganta,desde allí y pasando por la calle XX dirección a la carretera de Puerto de Béjar que se deja a la izquierda, seguí en línea recta por un pequeño suelo de cemento que termina girando a la izquierda tras pasar el riachuelo. A partir de ahí empecé a mojar la camiseta por un camino empedrado casi paralelo al riachuelo que discurre por la izquierda aunque cada vez alejándose mas de él. Todo en ascenso no muy pronunciado casi hasta el límite de provincia con Salamanca y con mucho cuidado de no desviarme por ningún sendero que llevaba a alguna finca y me pasaría factura teniendo que dar la vuelta, por ello decidí que me fijaría mucho en el empedrado que sería mi guía durante algún kilómetro.
Ascenso al límite de de provincia y panorámica desde el alto
Entrando en Castilla y León llegué a un cruce de caminos anchos y bien delimitados, pasando la puerta de hierro tomé de las tres direcciones posibles, la del medio que comenzaba con ligero descenso alternando entre las dos provincias, este tramo se comparte con otras rutas que parten de Puerto de Béjar y Cantagallo y de ahí su buen estado , da gusto pasar por él tanto por la comodidad del suelo como por el paisaje que se ve alternando zonas de castaños que proporcionan umbrías muy agradables en esta época del año y otras zonas despejadas donde alcanzamos a ver la Peña de Francia si no me equivoco.
Pasada esta zona la ruta continuaba por una calleja bien definida por las paredes de las fincas limítrofes aunque interrumpida de forma intermitente por la abundante vegetación que encontraba a mi paso, por lo que tenía que buscar otros senderos paralelos, a veces entre las vacas que pastaban por allí y un caballo muerto que encontré que puso el punto negativo de la jornada.
Vegetación ocupando la calleja y caballo muerto en el camino
Mas adelante se despejaba el terreno teniendo que buscar durante un breve tramo un camino de tierra que marca una sinuosa curva, a mi parecer inútil pero en fín.., pasé por ella desviándome a continuación por otra calleja a la derecha mas agradable que encaminaba y poco después dejaba ver el viaducto de la autovía a su paso por Béjar. Me encontré una fuente que si, muy bonita, pero seguridad para beber de ella a esta altura del verano no me daba, así es que foto y adelante. Mas adelante el paraje de Santa Marina y un casa rural “La Centena” que tenía muy buena pinta.
Fuente un tanto sospechosa y Casa rural La Centena
Mas adelante se despejaba el terreno teniendo que buscar durante un breve tramo un camino de tierra que marca una sinuosa curva, a mi parecer inútil pero en fín.., pasé por ella desviándome a continuación por otra calleja a la derecha mas agradable que encaminaba y poco después dejaba ver el viaducto de la autovía a su paso por Béjar. Me encontré una fuente que si, muy bonita, pero seguridad para beber de ella a esta altura del verano no me daba, así es que foto y adelante. Mas adelante el paraje de Santa Marina y un casa rural “La Centena” que tenía muy buena pinta.
Fuente un tanto sospechosa y Casa rural La Centena
Ya llegando a Béjar y viéndolo desde la otra ladera del monte, me planteé si entrar en la población y luego subir por los atajos y me dio un poquito pereza, así es que tras seguir un sendero decidí acortar por un pinar siguiendo el tendido eléctrico que me llevó a una de las curvas de la carretera de ascenso al castañar y de ahí hasta los senderos que conducen hasta Llano Alto donde firmaba el final de recorrido por el momento.
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